TRACK DE LA SÉPTIMA ETAPA: ALVERGARIA A VELHA - OPORTO
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Comenzamos
una nueva jornada, hoy en la séptima etapa llegaremos a la bonita ciudad de
Oporto una vez recorramos cerca de los 65 kms., desde el punto de salida,
Albergaria de Velha, siendo la idea el llegar pronto para poder hacer algo de
turismo. Sobre el perfil sabemos que subiremos bastante, algo que desde hace
unos días viene siendo lo habitual. Nos levantamos temprano, un poco antes de las 7 de la mañana y la pizza que nos
había sobrado el día anterior la tenemos en la recamara para posible desayuno…cosa
que rápidamente descartamos por completo después de no habernos sentado muy
bien en la cena de ayer, con lo que ya decidiremos donde parar y tomar algo.
Abandonamos
nuestro alojamiento después de dejar las llaves en recepción y viéndonos
tentados ante unos dulces que tenía la recepcionista en la mesa pero entre la
duda de si serían para ella o para los clientes, por no preguntar al final nos
quedamos sin poder probarlos.
Inicio de la etapa
Comenzamos
a transitar por pistas y caminos de bosques llenos de eucaliptos que van
lindando a la carretera N-1 la cual nos vemos obligados a rodar sobre ella en
alguna ocasión ya que no nos queda más remedio a la hora de seguir las flechas
amarillas. De momento el día amanece fresco y por primera vez nos ronda por la
cabeza que en estas etapas venideras será primordial utilizar los manguitos
para abrigarse y no perder temperatura en los inicios de la jornada.
Camino de bosques con eucaliptos
Pronto iremos pasando por pequeños núcleos
urbanos como Alvergaria a Nova, Laginhas, Escusa, Outerinho que hacen que este
primer tramo lo hagamos prácticamente en su totalidad por pistas sin apenas
tráfico y por caminos que van lindando una vía del tren en desuso, lo cual nos facilita ir acercándonos a la ciudad de Oliveira de Azeméis,
donde decidimos echar pie a tierra y poner el primer Carimbo en las
credenciales del peregrino en su Cámara Municipal. Es allí donde vemos mucho
ambiente con motivo de la Vuelta Ciclista a Portugal que se viene desarrollando
en estos días, enterándonos que hoy la ciudad será punto final de una de las
etapas de la ronda lusa y siendo el lugar en el que decidimos parar también a
desayunar una vez llevamos realizado 20 kilómetros y hemos superado además un
par de subidas duras previamente.
Lindando la vía del tren abandonada
Pasando por núcleos urbanos
Parada
de unos 25 minutos para meternos un buen sandwich mixto calentito acompañado
del típico zumol portugués y realizar algunas fotografías de las zonas anexas
al bar donde hemos decidido reponer fuerzas. Parece que Oliveira de Azeméis,
con sus algo más de doce mil habitantes y con todo lo que arrastra una
competición deportiva (Vuelta Ciclista a Portugal) se ve en el día de hoy con
mucho movimiento.
En Oliveira de Azeméis
Oliveira de Azeméis
El amigo Javi esperando el desayuno
Buen desayuno portugués
Una
vez terminamos de tomarnos la primera comida del día, nos queda seguir
abandonado dicho municipio en una ligera subida para posteriormente bajar y
dejarnos a los pies de la localidad de Sân Joâo do Madeira (21.000 habitantes)
por donde ahora sí debemos de seguir atentos a las flechas hacia Santiago y
circular con precaución debido al aumento de vehículos a motor. Será en esta
ciudad donde nos despistemos al perder las señas amarillas y al intentar
encontrarlas a través del track de nuestro gps lo que hace que nos liemos aun
más a la hora de seguir la buena dirección.
Tramo en bajada por buena carretera
En Sân Joâo do Madeira
Es por ello que nos vemos en la necesidad
de saltar una pequeña cerca la cual se puede observar que ya tiene una zona de
paso, haciéndonos pensar que no somos los primeros en perdemos y tener que
pasar por ahí. Es en este tramo donde volvemos a la carretera N-1 para
transitar cerca de 8 kms., con abundante tráfico que hacen ir en la bicicleta
con cierta tensión ya que son muchos los camiones y coches los que nos van
pasando a gran velocidad. Aún así cuando dejamos atrás esa zona, ese trasiego
de coches de arriba para abajo va decayendo una vez que nos volvemos a meter
por esos pequeños núcleos urbanos que hasta llegar a Oporto será la constante.
Tramo compartido con bastante tráfico
Además,
en algunos tramos volveremos a coger las pistas de tierra y algunas adoquinadas
que son vías romanas que aun se conservan y que es el camino original del
Caminho Português para llegar a Santiago de Compostela. Hay que decir también,
que en muchos puntos nos encontraremos a peregrinos a pie, todos ellos
uniformados con chalecos reflectantes, que van en dirección contraria a la
nuestra, en peregrinación al Santuario de la Virgen de Fátima. Es por tanto un
punto donde la fe católica, con las dos historias, la del Apóstol Santiago y la
Virgen, se aúnan en este trazado portugués.
Tramos adoquinados
Calzada romana
Un poquito más de calzada romana...que buenas para pedalear...
Después
de transitar por este tipo de trazado adoquinado, algunas zonas con bastantes piedras sueltas, pero a nuestro favor siendo zonas con mucha
sombra en parte por las grandes arboledas y porque en ese instante estaba el día nublado, pronto llegamos a Grijó, una
freguesia portuguesa del concelho de Vila Nova de Gaia, estando ya a 17 kilómetros de
llegar a Oporto. Será en Grijó donde paramos en un ultramarino para comprar
algo de fruta, unas gominolas y nuevamente el Sumol que no falte, para
tomárnoslo en una marquesina de autobús urbano que justamente se encontraba
delante del cementerio de la localidad, por tanto por tranquilidad para reposar
y afrontar el último esfuerzo no iba a ser.
Zonas de sombra
Zona de piedras sueltas
Parada técnica
Este es el Sumol
Después
de este receso nunca mejor dicho, sabíamos que ya no pararíamos hasta llegar al
punto final de la etapa de hoy. Tan sólo nos quedaría por sortear algunos
tramos más destinados al camuflaje e idóneos para aquellos peregrinos que van
andando, porque lo es que es lanzarse con la bicicleta, como que no. De todas
formas, como solemos decir, estos son los lugares mágicos del camino que si
fueses por carretera te los perderías, prefiriendo por nuestra parte transitar
por ellos aunque tengamos que arrastrar a cuesta nuestras amigas de las dos
ruedas varios metros. Y en esta ocasión bien que sufrimos algo más de la cuenta
al tener que salvar este tipo de tramos, tanto para arriba, como para abajo,
que no se que es peor.
Que nos gusta el camuflaje
Ya
la llegada es inminente y antes de llegar a Oporto entraremos por Vila Nova de
Gaia (también conocida como Gaia) que es una ciudad de la Región Norte que
conforma el Área Metropolitana de la segunda ciudad más grande de Portugal,
estando ésta justo enfrente. Decir que en Gaia se encuentran las bodegas del
vino de Oporto. Este tramo lo hacemos en bajada y ya entremezclados con todo
tipo de transportes, coches, autobuses, tranvías, motos…aspecto inherente de
las grandes urbes de cualquier país.
Tranvía sobre el Puente Luis I
Ahora
por fin ya nos encontramos a los pies de la gran Oporto o también llamada Porto
por los vecinos lusos, pero antes de cruzar el famoso Puente Luis I decidimos subir
al Mosteiro da Serra do Pilar para poder disfrutar de las tremendas vistas
panorámicas que se tienen de la ciudad y del imponente Rio Douro.
Rio Douro o Duero
Oporto y su famoso Puente Luis I
Los "bicigrinos" ya en Oporto
Hoy
llegamos con bastante tiempo, en torno a las 13.30 horas y pronto damos con la
pensión donde nos alojaremos, ya que hace menos de un año había tenido la
oportunidad de venir en plan turista. Una vez guardamos las bicicletas, nos
disponemos a prepararnos y, tras un breve descanso, tanto por la mañana como
por la tarde pudimos pasear por las calles de Oporto y ver las zonas más
turísticas dentro de las posibilidades que nos deja este tipo de viajes. Aún
así debo decir que la disfrutamos como no podía ser de otra manera.
Resumen de la séptima etapa
Interesante idea si señor, un abrazo y gracias por compartir tu blog en nuestra experiencia jacobea.
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