Track GPS de la Etapa 1: IRÚN- ZUMAIA
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Día
1 de agosto. Comienza nuestra segunda andadura por itinerarios xacobeos y, en
esta ocasión, es el Camino del Norte el que nos abre sus brazos para empezar a
recorrerlo en este año 2014. Hoy toca levantarse temprano para desayunar en el
propio Albergue de Irún donde hemos pernoctado, son las seis y media de la
mañana y vamos preparando nuestras alforjas y bicicletas para iniciar nuestros
primeros kilómetros.
Con Epi, el hospitalero del Albergue de Irún antes de iniciar la primera etapa
Comenzamos
la ruta con la idea de llegar a Zumaia, una etapa dura donde subiremos varios
montes ya conocidos por los lugareños vascos como son los Montes Jaizkibel, Ulía,
Igeldo o Andu Aitz. Hacemos caso a nuestro gps para comenzar a rodar aunque es
fácil seguir la dirección correcta pues son muchos los peregrinos, tanto en
bicicleta como a pie, que inician su camino desde Irún y concretamente desde el
mismo albergue donde hemos dormido la primera noche.
En la puerta del Albergue de Irún
A
pesar de todo, algunos comienzan su peregrinaje desde el famoso Puente de
Santiago, cosa que nosotros obviamos ya que nos alargaría la ruta en
aproximadamente unos 10km más. Eso, y que también no conseguíamos dar como
ir a ese punto decidimos hacer caso al gps y preguntar a algunos viandantes de
como dirigirnos hacía la Ermita de Guadalupe, conocida popularmente como
Santiagotxo. Para llegar al santuario hemos de pasar entre varias casas de
campo que ya nos van indicando que la etapa de hoy no será del todo apacible,
tanto por el tiempo como por las duras rampas que comenzamos a subir. Es ahí
cuando alguno de nosotros debemos de parar para ajustar las alforjas que no
llevábamos del todo bien colocadas. Vamos alternando tramos de carretera y de
camino, estos últimos más orientados a los peregrinos que van a pie, aunque nosotros
decidimos, o más bien nos equivocamos, y tiramos por la complicada senda
empedrada que nos obliga en varias ocasiones a bajarnos de la bicicleta al ser
imposible transitar por ella.
Ya
en la Ermita de Santiago nos realizamos las fotos de rigor y continuamos
subiendo, esta vez por asfalto, en busca de la cima del Monte Jaizkibel de unos
455 metros de altura, una altimetría que se empieza a hacer notar en nuestras
piernas y que será la tónica en todo nuestro camino, el subir desde el nivel
del mar hasta las cimas de los montes y puertos.
En el alto del Monte Jaizkibel de 455 metros
Las
vistas van siendo espectaculares, siempre teniendo como testigo en nuestro
peregrinar al Mar Cantábrico a nuestra derecha. Ya en la cima del monte, la
bajada que es bastante rápida y muy técnica nos deja a los pies de la localidad
de Pasai-Donibane o Pasajes de San Juan, donde recorreremos sus calles y salvamos
el paso de la bahía por medio de una pequeña embarcación que nos sitúa en el
muelle de San Pedro. El coste es de 0,70€ por persona y nosotros fuimos algo
novatos ya que también nos cobraron la vuelta viéndose el precio aumentado a 1,40€, es lo que en ocasiones
tiene el desconocimiento.
El Mar Cantábrico, fiel amigo compañero del Camino
Javi, en el pontón de embarque para cruzar la bahía de Pasajes de San Juan
Ya dejando
la embarcación tenemos dos opciones, tirar por las calles de Pasajes o
dirigirnos al Faro de la Plata donde tendríamos que sortear una escalera de
unos 200 peldaños y que ya nos había puesto sobre aviso un buen hombre que
nos encontramos caminando por el Monte Jaizkibel. Preferimos transitar por las
calles de Pasaje, por la N-I en dirección a San Sebastián a pesar de tener que
ir en alerta debido al tráfico con el fin de evitar cargar con nuestras
bicicletas por la famosa escalinata del Monte Ulía.
Callejeando
nos vamos acercando a la ciudad de San Sebastián también conocida como Donostia
donde cogeremos el carril-bici que va lindando la Playa de Gros y donde nos
encontraremos el Palacio de Congresos Kursaal, conocido por muchos
por ser el lugar donde se celebra el Festival de Cine de San Sebastián y en
el que se hacen entrega las famosas Conchas de oro y plata a los galardonados.
En nuestro transitar por Donostia nos iremos encontrando con elementos ya muy
arraigados a la ciudad, como son las barandillas blancas de su increíble Playa
de la Concha, sus variadas y llamativas farolas o su conocido Tío vivo o
carrusel fechado en torno al año 1.900.
Al fondo la Playa de la Concha. Barandilla blanca típica del paseo marítimo
Atracción para niños en San Sebastián. Tío Vivo del 1900
Farolas en San Sebastián
Barandilla en primer término y Palacio de Congresos Kursaal
En
San Sebastián, después de ver el conjunto escultórico de Eduardo Chillida, El
Peine del Viento, aprovechamos para tomar una cerveza (en vaso de sidra) con su
tradicional pincho de tortilla. Es en ese mismo instante cuando comienza a caer
un buen chubasco acompañado de truenos que durará unos 20 minutos y que en esta
ocasión hemos tenido la suerte de evitar al parar en el “Restaurante–Cafetería
Ezeiza” donde también aprovechamos para poner el primer sello de la jornada en
nuestras credenciales.
Junto con las esculturas de Eduardo Chillida, El Peine del Viento
Ya
apaciguada la tormenta emprendemos nuestra marcha en busca del Monte Igeldo,
algo más corto que Jaizkibel pero no por ello menos duro. Lo hacemos por la
calzada que en este mes de agosto presenta algo más de tráfico ya que es un
punto muy frecuentado por turistas y será aquí donde nos cruzamos con varios
equipos ciclistas profesionales como el Movistar o el Garmin que estaban
entrenando para disputar al día siguiente la Clásica de San Sebastián. Ya en lo
alto del Monte Igeldo iremos circulando por pequeños barrios con una calzada
libre de vehículos en una zona donde nos encontramos con una pequeña y singular
oficina de sellado de credenciales que un vecino de la zona tiene instalado
enfrente de su hogar y donde podemos rellenar nuestros bidones de agua mientras
descansamos en las sillas que allí se encuentran y poner un nuevo sello en
nuestras credenciales del peregrino. En ese mismo lugar encontramos la primera
referencia de kilómetros que faltan para llegar a Santiago de Compostela, en
total unos 795 km., desde ese punto.
Por un lado Javi sellando y Aurelio rellenando los bidones en este singular punto del Camino
Desde
aquí se nos presenta de nuevo la posibilidad de transitar por senderos o por
carretera, prefiriendo ir por los primeros a pesar de que habrá tramos donde es
imposible ir subido encima de la bicicleta. El paraje natural, con sus
frondosos bosques nos atrapa a nuestro paso y a su vez la dureza y por
consiguiente nuestro cansancio se va haciendo notar aun más. Quizás nos sea
este trazado lo más idóneo para ir con la bicicleta y más con las alforjas
puestas pero, cierto es que, ya que uno ha llegado a este lugar no debería
perderse esta zona a pesar de tener que ir bajado de la bicicleta
aproximadamente más de un kilómetro. Haciendo este tramo por la carretera es
bastante más asequible pero muchos de estos paisajes que nos encontramos por
los senderos pasan desapercibos y la belleza no es la misma.
Caminos por el País Vasco poco transitables para la bicicleta
Cancelas del sendero
Vacas bien alimentadas
Una
vez terminado este sinuoso y enfilado tramo empedrado salimos de él por una
portilla que debemos cerrar una vez pasamos. De nuevo aparece una estrecha
carretera bien asfaltada en la que vuelven a aparecer caseríos con actividades
ganaderas que entre subes y bajas nos acercaremos a una carretera en con varias curvas de herraduras que nos pondrá a los pies del municipio
de Orio donde pararemos a “almorzar” y lo de las comillas va orientado a que
mas que un almuerzo fue un buen homenaje el que nos pegamos Aurelio, Javi y un
servidor que les escribe (Jairo). Concretamente fue en el Restaurante "Sarasua
Erretegia" donde probamos los famosos chuletones de ternera de las tierras
vascas, uno para los tres y suficiente, acompañado de sardinas, ensalada o
“algo de verde” como diría Javi y un postre típico que nos recomendó la chica
que nos sirvió, la Pantxineta, de hojaldre
y rellena con crema hecha de huevo, harina y azúcar.
Al
salir y continuar de nuevo con nuestra etapa nos encontramos que vuelve a llover, nosotros muy decididos intentamos desafiar a la climatología
cuando de repente dos parejas de unos 60 y largos de edad nos advierten que
esperemos unos 20 minutos antes de salir para no empaparnos, consejo que
decidimos aceptar mientras disfrutamos de una agradable charla de sobremesa y
más aun cuando deciden invitarnos a un vaso de sidra de Vaskonia o “Sagarno”
después de elegir entre esta bebida o el famoso Txakolí, del que no quisimos probar ni
gota al decirnos que es un buen “pelotazo”.
Visto
que las parejas tuvieron razón que la lluvia duraría unos 20 minutos, volvemos a retomar nuestra marcha por las calles de Orio, tomando la salida
por la N-634 cruzando el puente de la ría, muy conocida por ser el lugar de
entreno de grandes remeros de traineras. Dejamos la nacional y de nuevo nos
encontramos una nueva dificultad en cuanto a duras rampas se refiere al tener
que solventar el Alto de Orio de unos 2 km., comenzando desde 0 metros de
altitud y que se hacen realmente duros por su pendiente y más aun después de
comer. Estas rampas ven su fin al llegar a la misma entrada del Camping Zarautz
situado a unos 100 metros con respecto al nivel del mar y con ello termina
también nuestro sufrimiento y más aun al poder contemplar unas vistas
espectaculares de la ciudad desde el Alto de Orio. La bajada es muy rápida y en
pocos minutos ya estamos recorriendo las calles de Zarautz y su paseo marítimo
donde paramos para fotografiarnos a las puertas del restaurante que regenta el
cocinero Karlos Arguiñano y desde donde en muchas ocasiones realiza su programa
de cocina para la televisión.
Vistas de Zarautz desde el Alto de Orio
Javi junto con Karlos Arguiñano en su restaurante
Salimos
por el malecón de Zarautz que a día de hoy está prohibido circular con
bicicleta, siendo una pareja de policías
locales muy amables los que nos indica que debemos coger una salida para
continuar nuestras marcha esta vez sin infringir las señales de prohibición.
Malecón de Zarautz
Seguidamente cogemos la N-634, carretera que nos acompañará en muchos tramos por los
que forzosamente tendremos que transitar en nuestros doce días de camino. En
concreto desde Zarautz hasta Getaria son unos 5 km., y desde esta localidad
hasta Zumaia, nuestro punto final de la primera etapa son otros 6 km., más.
Algo más de 11 km., acompañados de un tráfico fluido donde debemos mostrar
mucha precaución.
Por la N-635 camino de Getaria y posteriormente a Zumaia
Finalmente
nos encontramos con el letrero de Zumaia, siendo algo más de 63 km., desde que
salimos de Irún, una etapa dura que no nos cogió por sorpresa al ver por foros,
guías y algún que otro blog de compañeros “bicigrinos” la dureza y el perfil de
esta primera jornada. Ahora tocaba buscar albergue para pernoctar, algo que
solventamos rápido al seguir las flechas amarillas situadas por las calles de
la ciudad y que nos dejarán en la misma puerta del Albergue Municipal construido sobre los restos del Convento de San José.
Ya en Zumaia, descansando antes de buscar el Albergue
Calle en cuesta donde se sitúa el Albergue de Zumaia, en el Convento de San José
Una
vez nos duchamos comenzamos la rutina que será la de cada día, visitar y hacer
un poco de turismo por las ciudades donde dormiremos. En esta ocasión y al
coincidir con muchas fiestas locales, el ambiente de Zumaia es bastante bueno.
Después de cenar y tomarnos unas copitas de vino volvemos al albergue, toca
descansar y planificar la etapa del día siguiente donde nuestra idea inicial es
llegar a Gernika-Lumo.
Visitando Zumaia, los Flysh (Acantilados)
Javi y Aurelio descansando después de una dura etapa
Albergue Municipal de Zumaia
A Santiago de Compostela: 864 km.
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Vídeo de la primera etapa: https://www.youtube.com/watch?v=_hFUAMH0QWk
Muy buena y valiosa info ......perfecta combinación entre relatos y buenas fotos
ResponderEliminarMuchas gracias Kathy D Jesús, me alegro que te guste el blog, la verdad que la experiencia a través del Camino de Santiago da para mucho. Un saludo
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