Track de la séptima etapa: Ribadesella - Gijón
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7 de agosto. Hoy a los extremeños se
nos han pegado más de la cuenta las sábanas y el cansancio acumulado ha hecho
mella a la hora de ponerse en pie. Con una hora de retraso y donde el pobre
Raúl ya nos estaba esperando para comenzar a preparar la etapa de hoy, bajamos
al patio del albergue donde las provisiones que habíamos comprado el día
anterior en un supermercado nos viene de perla para realizar un consistente
desayuno que nos diera fuerza para afrontar los primeros kilómetros.
Desayunando en el albergue de Ribadesella
Nuestro
objetivo es llegar a Gijón, por delante unos 75 km., donde tendremos que
afrontar la subida al duro Cordel del Peón prácticamente al final de la ruta pero,
antes, el perfil de etapa es bastante cómodo aunque sabemos que alguna que otra
dura rampa tendremos que afrontar por el camino.
Una
vez desayunamos nos disponemos a ir por las bicicletas que se encontraban en el
patio del albergue donde habíamos dejado las cinco amarradas con los candados
de Aurelio y el mío, el cual tuvimos que dejar de recuerdo sujeto a la pared ya
que no conseguimos abrirlo después de que se estropeara y menos mal que no era
el que rodeaba las bicicletas sino hubiéramos perdido un tiempo de oro
intentando romper el cable de acero, tarea bastante difícil. Dentro de lo malo,
lo positivo de todo, es que con un candado menos, el peso también bajaba en mi
haber.
Más ligerito sin candado, jeje
Los
inicios de etapa los hacemos íntegramente por la N-632 dejando a nuestras
derecha Ribadesella con unos primeros 12 kilómetros entre una zona bastante
arbolada y donde el sube y baja empieza a ser constante. Es por esta zona, con
los Picos de Europa como protagonistas perpetuos a nuestro paso, donde
encontramos varias explotaciones mineras muy típicas de Asturias que rompen con
el silencio y la calma del paisaje, cercanas a las localidades de Berbes y
Carabia.
Pequeños poblados al salir de Ribadesella
N-632
Al fondo, los Picos de Europa
Es
en esta última donde abandonamos el asfalto para inmiscuirnos durante algo más
de cuatro kilómetros por la playa del Arenal de Moris y por la bella travesía
campestre del zócalo costero que nos lleva hasta la playa de la Espasa, realmente
unos de los escenarios más espectaculares de este Camino del Norte. Durante
esta vereda tendremos que sortear el paso de varias portillas de madera que al
igual que impiden el paso del ganado también dificultan y mucho el tránsito de
los peregrinos que vamos en bicicleta, teniendo que bajarnos y pasarlas una a
una.
Por los caminos
Añadiendo un poco más de dificultad
Playa de la Espasa
Arenal de Moris
Después
de pasar por este pintoresco paisaje pronto llegamos al municipio de Colunga, que
cuenta con un Museo Jurásico y en la que nosotros aprovechamos para poner el
primer sello del día en su Ayuntamiento y ya de paso realizar aprovisionamiento
de capital monetario para lo que restaba de día.
Entrando en Colunga
Ayuntamiento de Colunga
El administrador disponiéndose a sacar capital
Es
desde Colunga hasta que lleguemos a la localidad de Villaviciosa donde
cogeremos una carretera que transcurre por un paraje de monte con alguna que
otra cuesta pronunciada que se hace notar en nuestras piernas y en la que
también alternaremos con algunos tramos de veredas con mucha vegetación.
Rampas
Sendas con algo de barro
El
siguiente municipio con el que nos topamos es Villaviciosa donde aprovechamos
para comprar en un supermercado y hacernos unas buenos bocadillos y tomarnos
unas cervecitas antes de meternos de lleno en la dificultad montañosa de la
jornada. Es próximo a la tienda donde nos acomodamos en un porche de viviendas
para meter algo de calorías al cuerpo y ya de paso recuperarnos del esfuerzo
hasta ahora realizado, donde la media de velocidad ha sido bastante buena.
Posteriormente continuaremos nuestro recorrido por la carretera de Infiesto
(As-255) en dirección al pueblo de Amandi en una zona donde se dejan ver varias
fábricas de elaboración de sidra.
Saliendo de Villaviciosa por la Iglesia de Santa María de la Oliva
Barricas de sidra
Pronto
llegaremos a la bifurcación de Casquita donde hay varias indicaciones que
muestran dos posibles itinerarios a los cientos de peregrinos que pasan por
este punto como es seguir el Camino Primitivo en busca de la ciudad de Oviedo
(hacía la izquierda) o bien continuar por el Camino del Norte (hacía la
derecha), como hicimos nosotros, con el fin de llegar a Gijón. Es allí donde
llenamos los bidones en una fuente que nos invitaba mediante un cartel a
servirnos del “agua saludable que surge de la montaña”.
Llenando los bidones de agua
A
partir de ahora transitamos durante unos 4 km., por una carretera vecinal en la
que pasaremos por debajo de la Autovía (A-8) dejándonos justamente a los pies
del inicio del Cordal del Peón por una carretera algo rugosa y con una longitud
de unos 7 km., donde su inicio parte de los 50 metros de altura, llegando en su
punto más alto a los 438. Una dificultad montañosa que cada uno la subiría a su
ritmo y que su dureza se vería acrecentada en esta ocasión por el intenso calor
que haría a nuestro paso en la hora de mediodía. Unas empinadas rampas con
muchas curvas de herraduras para coronar justamente en torno al kilómetros 50 y
después bajar todo los que habíamos subido en apenas 5 minutos en un descenso
vertiginoso siempre muy atento a las manetas de freno para evitar cualquier
susto.
Subiendo el Cordel del Peón
En la cima del Cordel del Peón, atrás los Picos de Europa
Jairo y Raúl, una vez terminada la bajada
No
obstante, una vez terminamos este rápido descenso, la carretera no nos da
ningún respiro y de nuevo volvemos a mirar hacia arriba durante unos 3 km.,
para tener que solventar el Alto de Curbiello (270 m), última dificultad antes
de llegar a Gijón.
Ernesto superando la última dificultad montañosa del día
Después todo será en cómoda bajada por la carretera AS-331
que nos dejaría a las puertas del “Camping Deva Gijón” ya para coger la
conocida N-632 la cual no abandonaríamos hasta llegar a la entrada de la
ciudad, por la zona del Jardín Botánico, donde cogemos un carril bici.
Los últimos kilómetros de etapa en bajada
Divisando Gijón
Al
pasar por el campo de fútbol “El Molinon” donde juega el Sporting, el cual dejamos a
nuestra izquierda vamos adentrándonos hacia la Playa de San Lorenzo muy concurrida
en el día de hoy. Al final de todo el paseo marítimo paramos en una pequeña
Oficina de Turismo donde preguntamos por el tipo de hospedajes que hay en la
ciudad. Allí nos comentan varias opciones como son albergues, camping o
residencia universitaria, declinándonos por esta última opción ya que es
imposible olvidarse de nuestra grata experiencia universitaria en este tipo de
alojamientos.
Estadio de fútbol "El Molinón"
Playa de San Lorenzo
Es
por tanto en la Residencia Albergue Universitario Cimadevilla donde
pernoctaríamos esa noche, un alojamiento que se encuentra a menos de un minuto
de la Plaza Mayor junto al Cerro de Santa Catalina, presidido por el Elogio del
Horizonte, Escultura de Chillida y símbolo de la ciudad y que para nosotros
sería uno de los mejores alojamientos del camino por el precio de 15 euros por
personas, en habitación triple con baño propio y donde se incluía el desayuno
del día siguiente. Una vez en la residencia aprovechamos para realizar una
nueva colada de todo nuestro equipaje, siendo los propios hospitaleros los que
se encargan de lavarla y secártela.
Residencia Albergue Universitario Cimadevilla
Momento
después de ducharnos es cuando nos dirigimos para comer a un bar próximo y
darnos un pequeño homenaje a base de buenos platos combinados y grandes jarras
de cervezas. Después haríamos un poco de turismo por la zona centro de la ciudad
que en estos días se encontraba en fiestas y donde la Plaza Mayor estaba
amenizada por un grupo musical y con bastante afluencia de gente. Ya por la
tarde (siesta) decidimos irnos Javi, Aurelio, Ernesto y yo de nuevo a la
residencia para descansar unas horas, mientras Raúl aprovecha para hacer algo más
de turismo, cosa que se arrepentiría al día siguiente ¡¡jeje!!
Plaza Mayor de Gijón
En el famoso letrero de la ciudad de Gijón
Ya
la tarde-noche la pasaríamos paseando de nuevo por el centro donde cenamos en
un Burger King para aprovecharnos de los infinitos descuentos que tenía el
amigo Aurelio y de los cuales hicimos gran acopio. Aquí poníamos fin a nuestra
séptima etapa con llegada a la bonita ciudad de Gijón, encontrándonos tan solo
ya a 355 km., de Santiago de Compostela, con lo que haciendo resumen, hasta la
jornada de hoy ya nos habíamos metido en nuestras piernas más de 500 kilómetros.
Rey Pelayo en Gijón
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Vídeo de la séptima etapa: https://www.youtube.com/watch?v=IDkSQdtMNpc&feature=youtu.be
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