Track de la décima etapa: Tapia de
Casariego – Abadín
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10 de agosto. Ya nos van quedando menos kilómetros para
poner fin a nuestra segunda experiencia xacobea y parece que fue ayer cuando
nos estábamos preparando en el albergue de Irún para comenzar a dar las
primeras pedaladas. Como en todas aquellas experiencias vividas, igualmente en todo camino que se precie, los peregrinos y en
nuestro caso “bicigrinos” siempre vamos apostillando cada etapa según su
dureza, su belleza, su kilometraje, sus rincones… y en esta ocasión, este
décimo día, donde dejaríamos tierras asturianas para adentrarnos por primera
vez en Galicia, la acción climatológica iba
a convertir la jornada en uno de esos días épicos que resultará difícil de
olvidar.
Comienzo de la décima etapa
En
esta etapa, donde uniríamos Tapia de Casariego con Abadín, tendría que
diferenciar unos primeros 40 kilómetros bastante llanos, muy cómodos en nuestro
pedalear y a su vez acompañados de un tiempo estable y soleado.
Tiempo despejado al inicio de etapa
Mientras
una segunda parte, de aproximadamente 30 kilómetros, en los que parece que
Galicia nos quiso dar la bienvenida a lo grande, en primer lugar por la dureza
del terreno con fuertes pendientes y, en segundo lugar, por el tiempo que de
buenas a primeras pasó a ser muy frío y bastante lluvioso, esto último quizás lo peor para
nosotros.
Mal tiempo en la segunda parte de la etapa
Pero
volviendo al desarrollo de la etapa de hoy, como era habitual nos levantamos en
torno a las 6.30 am para preparar nuestro equipaje y disponernos a dar las
primera pedaladas del día. Salimos de Tapia de Casariego por la Avenida Primo
de Rivera en dirección a Ribadeo, divisando sus pequeñas y hermosas playas. Transitamos en esta ocasión
por pistas vecinales en las que nos encontramos algún que otro repecho duro que
vamos solventamos sin mucha dificultad aunque cierto es que siendo primera hora de
la mañana cualquier esfuerzo se multiplica ya que el cuerpo aun no ha conseguido
entrar en calor.
A
pesar de todo, esta primera parte del trazado, como nos muestra el perfil, es
bastante llano con lo que muy pronto conseguimos llegar a Ribadeo siendo el
punto de acceso a la localidad a través del Puente de Los Santos que une
Asturias y Galicia y que salva el Río Eo. En este tramo, de un kilómetro
tenemos que pasar por una de las aceras que tiene el puente a ambos lados y que
son demasiado estrechas (1 metro de anchura) donde apenas se permite el paso de
un ciclista con comodidad acrecentándose un cierto peligro al pasar con bicicletas
y las alforjas puestas sobre las mismas y donde el fuerte aire que
continuamente está presente hace que por este paso en ocasiones se pueda perder la
estabilidad sobre las dos ruedas. Aún así conseguimos más o menos pasar sin
muchos problemas la pasarela y después de disfrutar de las vistas maravillosas
que desde allí podemos divisar, adentrarnos en el núcleo urbano de Ribadeo.
Puente de Los Santos y al fondo Ribadeo
Vistas del puerto de Ribadeo
Será
por las avenidas de Rosalía de Castro y por la Rua de San Roque por donde
rodaremos para atravesar la ciudad de la provincia de Lugo, saliendo por la
Avenida de América para enlazar con la carretera nacional N-634 y transitar
durante algo más de 4 km., por una larga recta antes de adentrarnos de nuevo en
unas pistas (LU-141) que nos llevarán a la localidad de Rinlo, de 170
habitantes y que posee un pequeño puerto en el que históricamente, al tratarse de un pueblo con actividad pesquera, salían expediciones para cazar ballenas.
Saliendo de Ribadeo dirección a Rinlo
En Rinlo
Rinlo
Durante
más de 10 kilómetros vamos a ir por las pistas y caminos que van justamente
lindando las Costa Cantábrica con un fuerte viento de cara que nos fue castigando poco a poco y que nos obligó a parar en un primer bar que vimos en
una zona vecinal y donde aprovechamos para desayunar y poner los sellos en
nuestras credenciales, siendo aquí donde podríamos decir que habíamos
completado la primera parte de la etapa, de unos treinta kilómetros.
Desayuno
Lindando por la Costa Cantábrica
Desde
el lugar donde desayunamos parte una carretera que nos atraviesa por una zona
vecinal conocida como Benquerencia que nos dejó de nuevo a los pies de la
N-634 por la que fuimos durante varios kilómetros paralelos a la autovía A-8 y
ya perdiendo de vista el Mar Cantábrico, que
durante estos diez días nos había ido acompañando en todas nuestras etapas desde
que salimos del País Vasco.
Ahora
el paisaje costero se torna más montañoso, mucho más característico de
la Galicia interior, con bastantes rampas sostenidas, siendo el momento en el
que comienza a caer sobre nosotros una fina lluvia, más conocido como “cala
bobo” justamente cuando llegamos al municipio de Mondoñedo.
El tiempo fue empeorando
Entrando en el municipio de Mondoñedo
Este
municipio situado en la comarca de La Mariña Central, la cual es capital, en el
norte de la provincia de Lugo, posee más de 4000 habitantes y destaca por su
excelso patrimonio histórico, con su casco viejo de la ciudad declarado
Conjunto Histórico-Artístico en 1985, teniendo como centro la plaza de la
catedral, monumento nacional construido en el siglo XIII y hacia donde
confluyen todas las calles de la villa. En Mondoñedo destacan otros edificios
como el Santuario de los Remedios, construido a mediados del s.XVIII, el
Hospital de San Pablo, construido en la misma época, el Convento de la
Concepción, la Iglesia de Santiago, el Monasterio de Los Picos y el Real
Seminario Conciliar de Santa Catalina del siglo XVIII.
Es
precisamente en la plaza de la catedral donde realizamos una nueva parada en la
jornada de hoy coincidiendo además que en estas fechas se encontraba instalado
un Mercado Medieval, una de las fiestas más esperadas por los mindonienses y
que se celebra el segundo fín de semana de Agosto. Mientras Ernesto, Raúl y
Aurelio entran en la catedral para poner un nuevo sello en las credenciales,
Javi y un servidor aprovechamos para comprar unos churros en unos de los
puestos del mercado que a la postre nos sentarían de lujo.
Degustando los churros del mercado medieval
Mercado Medieval
Catedral de Mondoñedo por dentro
Así
conseguimos recorrer los apenas 5 km., por la carretera nacional, con escasa
visibilidad por culpa del agua que a su vez nos desprenden los vehículos que
pasan cerca de nosotros con lo que ante el peligro existente por fin llegamos
al municipio de Abadín, donde reunidos con carácter de urgencia decidimos
pararnos en la Pensión-Restaurante “Casa Goas” y coger dos habitaciones dobles
por el precio de 38€.
Día de perros
Se
trata de un hotel que está recientemente reformado y cuenta con instalaciones
modernas y funcionales y donde pasaríamos el día completo desde nuestra
llegada, pudiendo comer y cenar en su restaurante y recuperar fuerzas después
de una jornada verdaderamente agotadora. Además tenemos que destacar y a su vez
agradecer que por el precio de 8 euros cada uno más los propietarios del
establecimiento tuvieron la amabilidad de hacernos un hueco para lavarnos y
secarnos la ropa en un día en el que estaban hasta arriba de actividad en el hotel. Por su parte el amigo Ernesto llegó más tarde que nosotros y no tuvo
oportunidad de pernoctar en el hostal teniendo que irse al pabellón municipal
de Abadín que durante el mes de agosto se convierte en un albergue temporal para
dar alojamiento a los cientos de peregrinos que pasan al día por este lugar.
Cierto
es que al final no conseguimos llegar hasta Vilalba pero realmente no nos
arrepentimos de terminar la décima etapa en Abadín después de ver como continuó
la fuerte lluvia durante toda la jornada.
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Vídeo de la décima etapa: http://youtu.be/ICfaZQw8_Ek
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