TRACK DE LA NOVENA ETAPA: PONTE DE LIMA - CESANTES
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Suena el despertador a las 7.30 de la mañana en el hostal
"O Marquês" donde nos hemos alojado en la localidad de Ponte de Lima.
Antes de partir nos disponemos a tomar el desayuno el cual nos entraba en el
precio de la reserva, unas buenas tostadas y algo de fruta para ir cargando las
pilas. Posteriormente rellenemos nuestros bidones de agua y montamos las
alforjas en nuestras bicicletas para comenzar una nueva jornada, concretamente
la novena etapa del Camino Portugués, la cual tocará por fin tierras gallegas y
bajaremos la barrera psicológica de los 100 kms., para llegar a nuestra meta
que no es otra que Santiago de Compostela.
Una vez comenzamos a dar las primeras pedaladas pronto vemos
las flechas amarillas que nos indican el camino correcto a seguir. Hoy
tendremos por delante cerca de 80 kilómetros con un desnivel acumulado de 1.224
metros de subida, prácticamente concentrándose lo más duro en el primer tercio
de la etapa.
Zonas llanas y de buen rodar
La cosa se va complicando
Es justamente ahí, donde sufro una caída al paso por una
rápida curva con algo de tierra suelta y mi rueda delantera deja de tener contacto
con la superficie anunciándome un desenlace final esperado y no deseado:
"tortazo sobre la tierra" y magulladuras y rozaduras en rodilla, muslo
y brazo izquierdo.
...y más que se complica
Un imprevisto que nos obliga, tanto a Javi como a mí (Jairo)
a detenernos y observar si la caída no ha pasado a mayores en lo mecánico de mi
bicicleta y sobretodo y lo más importante en mi condición física. Después de
comprobar que todo está "OK", con algo de dolor, comenzamos a rodar,
dándome cuenta una vez que llevamos algo más de 500 metros recorridos de que me
falta la cámara de fotos compacta la cual habría salido despedida del bolso
delantero que siempre llevo en el manillar. Por tanto nuevo imprevisto y nueva
parada para que Javi retrocediese al lugar del accidente para ver si encontraba
la dichosa "camarita" que parece estar predestinada a estropearse y
perderse en todos los caminos que llevo realizado.
Sabíamos que la cámara debía de estar allí ya que sólo había
pasado un grupo de peregrinos a pie procedentes de Gibraltar y los cuales
también nos habían ofrecido su ayuda en el momento de la caída por lo que
mientras me voy curando de mis heridas pronto llega Javi con ella en la mano,
viéndome aliviado más por no perder todas las fotos que ya llevaba realizada hasta
el día de hoy que por la propia cámara en sí y cuyas marcas y roces dan fe de
que esto de los itinerarios jacobeos no suelen ser unos "caminos de
rosas" según porqué zonas vayas transitando.
En nuestro caso, y más en esta novena etapa, la dureza se
hacía patente en los tramos empedrados donde teníamos que echarnos la bicicleta
a cuesta para poder seguir avanzando. Tanto es así, que al ver que esos tramos
van siendo muy sucesivos decidimos tirar de "GPS" y buscar una
alternativa que fuese algo más favorable en nuestro rodar. Finalmente
encontramos una senda bastante ancha dedicada al tránsito de vehículos que
realizan labores de extracción de resina en estos inmensos bosques de pinos permitiéndonos
retomar nuestra marcha por carreteras y pistas asfaltadas, no antes sin
toparnos con una pequeña casa de campo en la que nos reciben, no con una
actitud muy amigable, dos alterados "perritos" guardianes que nos
hacen pegar un buen respingo y ponernos el corazón a mil.
Parece ser que hoy todos estos pasos inesperados querían
tener más protagonismo de la cuenta para que quedasen como anécdotas del camino
y poder plasmarlas en el relato final de nuestra experiencia. Además, hoy
teníamos que añadir el tema del incendio (con total seguridad creemos que intencionado) que se
estaba produciendo en el monte, cerca de la zona por donde estábamos pasando.
Después de todo lo contado, y algo excitados por tanto
sobresalto, decidimos que es el momento de realizar una parada técnica para
tomarnos un refresco y algo de fruta en el "Restaurante Bom Retiro"
(km. 25) a nuestro paso por el municipio de Rubiaes, lindando con la carretera
N-201 por la cual iremos transitando a continuación y con la que alternaremos
en varios momentos con pistas que pasan por pequeños pueblos antes de llegar a
Valença do Minho, ciudad que se encuentra situada en el Distrito de Viana do
Castelo, región Norte y subregión del Minho-Lima, con aproximadamente 8.000
habitantes en su núcleo principal, estando dedicada en la actualidad al turismo
siendo uno de los mayores centros comerciales abiertos de Europa, condición que
pronto notamos al cruzarnos con abundantes turistas en dicha ciudad que a su
vez es la última localidad portuguesa de nuestro itinerario para después de
cruzar el Río Minho/Miño por el Puente Internacional entrar a España por
Tui.
A 125 kms., de Santiago ¡¡Vamooooss!!
Fortaleza de Valença do Minho
Sus calles
Adiós Portugal...fue un placer
Tras el puente entramos en España (por Tui)
De Tui podemos destacar que es la entrada de acceso a Galicia
desde Portugal por lo que históricamente ha sido un núcleo importante de paso,
incluso antes del propio peregrinaje jacobeo. El trazado utilizado ya procede
de la época romana. Se trata de la vía XIX del itinerario de Antonino, que
comunicaba con Braga y Lugo.
Es allí donde realizamos una pausa para fotografiarnos en la
Plaza de San Fernando junto a la fachada de la Catedral, instante en el que se
nos acerca un hombre para preguntarnos desde dónde veníamos haciendo el Camino,
y el cual según las indicaciones que nos dio, resultó ser miembro de la
Asociación Amigos del Camino de Tui y uno de los encargados de pintar las
flechas amarillas por esta zona. Tanto es así que, a la hora de iniciar nuestra
marcha, nos incidió en que cogiésemos en una bifurcación del camino el ramal
correcto, pues existe otro que te lleva a una zona industrial y donde varios
restaurantes de la zona están intentando mandar por ahí a los peregrinos con el
fin de que lleguen a sus negocios, siendo esta zona poco o nada atractiva.
¿La
solución? tirar por la variante que nos dijeron y cuyo camino no tiene perdida
ya que han puesto como referencia una pintura de la Catedral de Santiago. Esta
senda desciende ligeramente entre tupida vegetación hasta el vado de A Ponte
Baranco, sobre el Louro, y cruza posteriormente un paso de invierno. Desde este
punto, un camino de tierra entre viñedos y arbolado alcanza una pista
asfaltada, que se interna por la parroquia de San Xurxo de Mosende, visitando
los lugares de Monte, Vides y Cruceiro.
Monolitos del Camino
Otro posterior paso de invierno, conocido por los vecinos
como 'paso de Botate', desemboca en un camino terroso. Después, una pista local
accede a la parroquia de Santiago de Pontellas junto a las casas de Centeáns.
Aquí, una 'cruz de mortos' da paso a un magnífico crucero, situado sobre el
antiguo Camino Real a Vigo. En esta variante aguardan aún más sorpresas, como
la capilla de San Carpio y su crucero, así como también la Quinta do Adro o da
Inquisición, donde el trazado se separa del Camino Real. Una carretera local
con carril peatonal y para ciclistas conduce desde este punto al sendero que
sigue la estela del río Louro para llegar al municipio de O Porriño. Es allí donde nos encontramos con un grupo de cuatro amigos bicigrinos
gallegos que salieron desde Oporto y con los que compartiremos carretera en
varios momentos de la jornada.
Ya para ir terminando, el último tramo iremos circulando por
la carretera N-550 y en su mayoría por el Camino das Lagos (Pista) que nos
hacen ir mucho más relajado al no existir apenas tráfico rodado. Será en esta
zona donde tendremos que salvar unas duras rampas a la altura del Aeropuerto de
Vigo pero que una vez superado nos dejará a los pies de la ciudad de Redondela.
Pero antes de llegar, decidimos que es el momento de parar a comer en un bar de
carretera ya que el esfuerzo de la etapa va haciendo mella en nuestro estado
físico.
Al reiniciar nuestro pedaleo,
una vez que cruzamos Redondela, nuevamente cogemos la N-550 para llegar a
Cesantes, hoy punto y final de nuestra novena etapa y en la que dormiremos en
el Albergue "O Refuxio de la Jerezana".
Galicia nos da la bienvenida
En total, 79 kilómetros que nos dejan para el último día de
nuestro Camino a tan sólo unos 85 de llegar a Santiago de Compostela. Después
de todo lo acontecido hoy, la llegada al albergue, una vez que nos arreglamos y
comemos unos bocatas en un bar próximo a él, supone un día de recuperación para
afrontar la recta final de nuestra tercera experiencia con el Camino.
Resumen de la novena etapa