Track de la duodécima etapa: Sobrado dos Monxes - Santiago de Compostela
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12 de agosto. Suena el
despertador a las 6.30 am en el Monasterio de Santa María de Sobrado dos
Monxes y, en esta ocasión, suena por última vez en el Camino del Norte, hoy será un día diferente al
resto, hoy es el final de nuestro segundo itinerario xacobeo, de las últimas
preparaciones de equipaje y puesta a punto de las bicicletas, nuestras fieles
compañeras de viaje que hasta el momento no han querido tener más protagonismo
que el de querer llegar sanas y salvas a Santiago de Compostela.
Pero para ello,
aún nos faltan 64 kilómetros para ver de nuevo la Plaza del Obradoiro, por
pisar los adoquines de la capital gallega, por escuchar el sonido lejano de las
gaitas y el bullicio del jolgorio de los cientos y cientos de peregrinos que
como de un goteo constante se tratara vamos llegando cada uno con una historia
a nuestras espaldas.
Nuestras caras hoy
tienen un semblante diferente y nos mostramos ilusionados por llegar una
vez más a nuestro destino y así poner el broche final a una nueva
experiencia que ha durado 12 intensos días por la cornisa cantábrica. Aunque por
otro lado siempre existe ese sentimiento contrario, el de no querer terminar,
el de poder continuar con esos buenos momentos que jornada tras jornada hemos
ido sintiendo, rodeado de miles de anécdotas, de vivencias, de lugares mágicos,
de nuevos compañeros de viajes, en definitiva de un sinfín de ratos agradables
que perdurarán en nuestro interior aun sigan pasando los años y nuevos caminos
se vayan pisando con los ya terminados.
Pero como digo aun
nos restaban 64 kilómetros para cerrar este camino, hoy con salida en Sobrado
de los Monxes donde un tiempo inestable con algo de frío y de nuevo la lluvia
nos daba la bienvenida. Salimos desde el Monasterio cisterciense cogiendo en
primer lugar la carretera AC-934 en un terreno de pequeños altibajos con
bastante humedad algo que también se acrecienta al pasar cerca de varios ríos
como el Tambre y el Dos Bouzos, siendo ésta una zona boscosa que no nos ayuda a
entrar en calor en este inicio de jornada.
Saliendo del albergue
La lluvia haciendo acto de presencia
Durante este tramo
paramos y volvemos a iniciar nuestra marcha en varias ocasiones con el fin de
ponernos los cortavientos, manguitos e impermeables y así resguardarnos
del clima hostil que nos acompaña. Tanto es así que al aumentar la fuerza de la
lluvia, una vez llegamos a la localidad de Boimorto y no queriendo repetir lo que
ya nos ocurriera en la décima etapa decidimos parar en una cafetería para
desayunar cuando llevamos transcurridos unos 13 km., y también para ver si mejora el
tiempo.
Parada para desayunar en Boimorto
Después de nuestra
parada, continuamos por la carretera CP-602 pasando por pequeñas aldeas
coruñesas tales como Sendelle, A Trapa, O Castro, Casaldoeiro y Peceñil para ir
aproximándonos a la localidad de Arzúa, capital del Concello del mismo nombre y
siendo el punto donde dejamos atrás el trazado original del Camino del Norte
que hemos ido siguiendo durante más de 800 kilómetros para enlazar ahora con el
Camino Francés hasta llegar a Santiago de Compostela. En el municipio de Arzúa
después de dar algún rodeo conseguimos llegar a su Ayuntamiento o Casa de
Concello para sellar nuestras credenciales algo que a partir de ahora será fácil
hacerlo debido a los numerosos bares que nos encontraremos en lo que resta de
trayecto.
En Arzúa
Ayuntamiento de Arzúa
Continuando con
nuestra etapa, una vez dejamos atrás Arzúa, después de transitar un par de
kilómetros por carretera nacional, volvemos a adentrarnos en una pista vecinal
por la que atravesaremos varias acogedoras parroquias (pequeñas aldeas
dispersas) siendo el instante en el que Aurelio en una rampa corta pero
pronunciada rompe la cadena de su bicicleta teniendo que parar, solventar el
problema poniendo un eslabón nuevo y, sin más, proseguir con nuestra marcha
entre risas y bromas después de este pequeño traspiés.
Rompiendo cadenas
Es en este preciso
momento cuando el escaso número de peregrinos que hemos ido viendo en el día de
hoy se va intensificando de manera considerable con el paso de los kilómetros, convirtiéndose
como muchos dicen en una auténtica feria o romería, donde la tranquilidad y la serenidad
del Camino desaparece por instantes en nuestro pedalear debido al centenar de
hombres y mujeres de todas las edades y de diferentes nacionalidades que bien
en bici, andando e incluso a caballo, transitan por la Vía Francígena en busca
del final del camino.
Acompañados por numerosos peregrinos
Tanto es así que en
ocasiones decidimos coger la carretera N-547 para ir avanzando, aunque es
cierto que no tardamos mucho en volver a los caminos emboscados de pinos y
eucaliptos donde estos kilómetros que faltan se convierten en una jornada de
fiesta, gran parte también debido a esa masificación de peregrinos donde se
vive y se conoce realmente el atractivo turístico que supone este histórico
trazado.
Tramo por la N-547 hacia Santiago (36 km.)
Hoy nuestra etapa
se convierte en una especie de tobogán donde vamos disminuyendo nuestra altura
desde que partimos desde Sobrado dos Monxes aunque, no en vano, las cuestas de
Ferreiros, el Alto de Santa Irene, la ascensión a Cimadevilla y el Monte de
Gozo son algunos de los últimos escollos que tendremos que solventar con
nuestra bicicleta pero que realmente se hacen más llevaderas al estar cerca
nuestro objetivo, siendo además más fácil saber cuanto nos resta gracias a los
mojones que ya por este tramo, kilómetro a kilómetro, nos van indicando la
distancia que nos falta.
Rampas
Iniciando la subida al Monte do Gozo
Es por eso que
justamente sabríamos decir que a 32,5 km., de la capital gallega, el amigo
Aurelio volvía a tener un problema con su bicicleta, esta vez al sufrir un
pinchazo en su rueda trasera, con las consiguientes bromas y cachondeo en el
grupo que ya nos llevábamos las manos a la cabeza pensando que todos los
problemas nos iban a ocurrir en la última jornada y siempre centrándose en el
bueno de Aurelio. Aun así, el buen humor y alguna que otra instantánea a
traición para quedar plasmado este hecho, hacía que estos pequeños inconvenientes
no nos afectaran en nuestro estado físico a pesar de tener que subir como
comentaba anteriormente las duras rampas de Cimadevilla, antes de rodear el
Aeropuerto Internacional de Compostela.
Único pinchazo entre cinco en 872 km.
Aurelio y el km. 32.5
Una vez pasamos el
aeropuerto nos volvemos a inmiscuir por un trazado estrecho y emboscado que una
vez salvamos nos toca afrontar la subida al conocido Monte de Gozo, situado a unos
380m de altitud y que se trata de una pequeña elevación desde la que los
peregrinos podemos ver por primera vez las torres de la catedral
de Santiago aunque en esta ocasión, la niebla en el día de hoy impedía tal
privilegiada imagen. Aun así, hay que destacar el alboroto que se palpa en
torno a la escultura que se erige en esta colina y que sirve como último punto
de reunión entre los peregrinos que comenzamos la bajada del Monte para
adentrarnos por fin en las calles de Santiago. Allí nos encontraríamos con un
nutrido grupo de jóvenes con los que intercambiaríamos impresiones
del camino y nos serviríamos de fotógrafos mutuos para plasmar el paso nuestro
por el Monte do Gozo.
Tomando fotos
Monte do Gozo
Escultura en el Monte de Gozo
De nuevo nos
montamos sobre nuestras bicicletas para recorrer los apenas 6 km., que nos
restan, primeramente atravesando un complejo denominado como Ciudad de
Vacaciones Monte do Gozo, para posteriormente adentramos por la N-634 donde
paramos justamente en el cartel de entrada de la ciudad para realizarnos la
foto de rigor de cada final de etapa.
Ciudad de Vacaciones Monte de Gozo
Jairo, Raúl, Ernesto, Javi y Aurelio. FIN DE ETAPA.
13.00 pm llegada a SANTIAGO DE COMPOSTELA
Luego al coger la Rúa das Fontiñas nos
haríamos un pequeño lío, entre que perdemos las señales orientativas, que ya es
difícil por aquí, y que el gps no es capaz de dar con alguna calle cercana, al
final, cogiendo atajos por escaleras e infringiendo por escaso tiempo alguna
señal de prohibición conseguimos llegar a la Plaza del Obradoiro donde en esta
ocasión la Catedral de Santiago nos da la bienvenida con un espectacular
andamiaje consecuencia de las obras que se está llevando a cabo y que hacen que
dicho monumento no luzca tanto a pesar de que han puesto unas lonas sobre la
fachada para intentar disimularlo.
La Catedral de Santiago un 12 de agosto con los andamios por las obras
Aun así la emoción
que se vive es la misma, un momento de relax, de saber que las últimas
pedaladas se han consumado, de ver las caras de Ernesto y Raúl que por primera
vez llegan al Obradoiro, de felicitarnos y darnos la enhorabuena entre todos,
con Javi, Aurelio, Jairo…por fin se termina nuestra segunda experiencia
xacobea, nos acordamos también del amigo Esteban que a pesar de no haber podido
realizarlo sabemos que pronto su deseo se verá cumplido y no tardará mucho en
estrenar su bicicleta y sus alforjas a lo grande.
13.40 pm, en la PLAZA DEL OBRADOIRO
Personalmente, al
igual que mis compañeros y amigos de viaje somos incapaces de llorar aunque a
cambio una emoción de felicidad nos inunda por dentro al revivir todas esas
anécdotas que comenzaron aquel 31 de agosto, cuando Javi desde Valencia y
Aurelio y Jairo desde Mérida, partiésemos con destino a Irún para comenzar a
escribir una nueva experiencia que a la postre duraría 12 días hasta llegar a
Santiago de Compostela.
FINAL
DEL CAMINO
Agradecer a todos
los que durante el día a día de nuestro camino nos siguieron y nos dieron
fuerzas para poder continuar…y para todos aquellos que nos lean a partir de
ahora y que se adentren en este maravilloso mundo del Camino tan solo decirles:
“ULTREIA
y BUEN CAMINO AMIGO”